Durante este año he trabajado mucho en las emociones y las relaciones humanas. He comprendido que los seres agradecidos son más felices, y por eso, quiero dar las gracias, porque nada de esto hubiera visto la luz sin determinadas personas, y necesito, de algún modo objetivarlos y agradecérselo de la única forma que sé, con palabras:
A mi familia y amigos, quienes me alientan cada día para continuar en este camino, que no sabemos dónde terminará, pero cuyo caminar me hace muy feliz.
A Jorge Pérez Rivero, mi mano derecha en este proyecto, informático de profesión y un escritor fantástico, que ha configurado todas las secciones y subsecciones y ha sido un regalo por su talento y su paciencia.
Mi gran y querida Laura de Lucas Martín, compañera de carrera y de fatigas, que puso su granito de arena para la creación de mi logotipo. Un logotipo que representa un libro a medio abrir, y que va de los colores rosas a los azules, de lo femenino a lo masculino, y que invita a abrirse al mundo a través de la lectura.
A los colaboradores, y muy en especial al escultor Martín Consuegra, gracias. Ellos apostaron por mí para que les diera mi visión particular de sus trabajos y lo compartiéramos. Me han enseñado muchas cosas.
A todos mis seguidores, por y para vosotros, porque sin vosotros nada de esto tendría sentido. Gracias por estar, participar, comentar, compartir, y ayudarme a soñar.