¿Truco o
trato?
Tenemos que hablar. Lo dijo tan alto y claro, tan seguro de sí mismo que a mí me produjo vértigo.
Mañana a las ocho en el Café de la esquina, ese que llaman The Third Stop. ¿ Lo conoces? Sí, sí, claro.
Cuando llegué, él ya esperaba. Me miró con cierto desprecio  y me confirmó las sospechas: mi ensayo no valía un pimiento. El mundo era una basura. Su matrimonio, la gran mierda. Su círculo, una inmundicia integral. Que lo odiaba todo. Y a mí, a mí más que a nadie. Por un momento pensé partirle la cara de un puñetazo, pero el café se alió conmigo: estaba hirviendo y se abrasó la boca.
Después, el silencio y…un inicio tan inesperado como cómplice de eso que llaman amistad.
 
 

Metropolitan 

 


Sandy va a llegar. Nueva York está desierta. El amante hace una foto con su ipod 4 y la envía. Acompaña este texto: «Nadie debería salir a la calle a partir de las doce PM. Las autoridades han avisado de que tocará tierra aproximadamente a las cuatro de la madrugada hora española. No tengo miedo porque no tengo nada que perder. Sólo he encontrado un vagabundo en las escaleras del Metropolitan Museum sentado tomando café americano. Espera. Dice que nació en una casa llena de obras de arte: Renoir, Picasso, Matisse y Manet… Me mira, sonríe con una boca de dos dientes y añade: ¡Brindemos! Hace mucho frío. Tiemblo. Me siento vagamundos…y te quiero. Pase lo que pase, te quiero». Detalles: De/Recibido hoy a las 3.59 h. 

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